martes, 19 de abril de 2011

Cinco años de un proyecto de comunicación que todavía no es posible realizar

Por Sergio Espinoza

A mediados de noviembre del 2005 fui invitado a participar en el II Congreso Mundial de Periodismo y Comunicación, organizado por la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) y la Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos (ETER), que se desarrolló en el Centro Cultural General San Martín, en la ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con el fin de brindar difusión del Congreso Mundial organicé en la provincia del Chubut un encuentro entre trabajadores de prensa y estudiantes secundarios de la zona del Valle Inferior de la provincia. El eje central de los encuentros realizados en Trelew y Gaiman fue la ponencia que presenté luego en dicho evento internacional y que Pagina/12 publicara en mayo del 2009 bajo el título “Los medios ante una nueva realidad” *.

“A medida que los medios se apartan de los procesos de comunicación que vive la sociedad, plantea Sergio Espinoza, surgen desde la base social nuevos espacios y nuevos métodos que obligan al replanteo de las prácticas tradicionales”, argumentaba el maestro Washington Uranga, periodista y docente universitario, al presentar mi columna de opinión en la sección sobre comunicación que tiene el matutino porteño.

Claro, que dentro de estos años el proyecto comunicacional pasó de mano en mano. Las instituciones que recibieron el material lo hicieron propio, desconociendo de plano la autoría y lo trataron de llevar adelante. Montaron grandes proyectos sobre la propuesta inicial, sin embargo, todos ellos se fueron diluyendo con el transcurrir de los años.

Más de cinco años ya pasaron de la ponencia presentada en el II Congreso Mundial de Periodismo y Comunicación realizado en Capital Federal y del proyecto elaborado para que aquello, dicho en palabras, sea una realidad.

Es sorprendente observar, después de todo lo sucedido, que los que no entienden y no se preocupan por entender sobre comunicación crean poseer cierta habilidad para manejar dicha técnica, sólo por estar en una situación de poder. Los he visto arrogantes, ante la conformación de una idea que no les es propia. He visto sus fracasos también, por creerse seguros de lo que tiene materializado ante sus ojos.

Ya en el 2005 señalaba en el escrito que vivíamos en un tiempo importante de la comunicación. En un nuevo escenario. Decía en el texto que también fue publicado por Página: “Los medios masivos de comunicación deben replantearse sus prácticas y formas para conectar con el lector, radioescucha o televidente. No hacerlo sería un grave error de absolutismo. La innovación y la re-estructuración del formato de las empresas de medios llevan consigo la comprensión y aceptación de este fenómeno hacia la superación de viejas prácticas obsoletas, mientras que desde la base misma de la sociedad van surgiendo nuevos comunicadores en contacto directo con la realidad diaria de las poblaciones”. Después de cinco años y con todo lo que se ve, lee y escucha actualmente en los medios masivos de comunicación puedo manifestar que no estaba tan errado.

También, en dicho texto propuse: “Acompañar este proceso es la acción del momento. Potenciarlo y fortalecerlo es la tarea por venir. De este nuevo paradigma comunicacional todos formamos parte; por adhesión u omisión, todos somos protagonistas de este nuevo escenario. Estamos frente a una herramienta de construcción social que nos abre a una nueva época en la comunicación dentro de la provincia del Chubut y, por qué no, en todo nuestro territorio argentino. Apertura y audacia son los signos de este tiempo”. Una propuesta hecha hace varios años atrás y que al parecer, hoy tiene más vigencia que nunca.

Finalmente, siempre está en mí lograr materializar este proyecto lanzado en el 2005 en un Congreso Mundial de Comunicación. Tengo la certeza que es posible. Intentos hubo siempre y me tocó ver desde afuera como la estructura montada por los que se apropiaron del proyecto y subestimaron al autor, se fue derrumbando lentamente.

Un proyecto de comunicación es excitante y tiene el vértigo de los grandes emprendimientos. Una vez puesto en marcha toma una velocidad inusitada, difícil de manejar. Si no está claro el objetivo, si no se reconocen las limitaciones, si no se subestima a los demás, termina como los castillos de naipes.

A veces, para no dañar la relación entre las personas, para no traicionar el sentido inicial de la propuesta, es necesario detenerse en un recodo del camino. Y esperar.

Sin embargo, los acontecimientos que se producen en este tiempo me dan la certeza de que ahora es el momento.


* http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-124799-2009-05-13.html

Algunas notas y aportes:

“Incentivar la mirada crítica de la información” por Sergio Espinoza

http://www.utpba.net/statique/anc/anc-399.htm#N11

500 ediciones de la Agencia Nacional de Comunicación

PERIODISTAS, ESCRITORES, PREMIOS NOBEL, PRESIDENTES EN ANC

http://librinsula.bnjm.cu/1-205/2006/enero/106/noticias/noti1195.htm

Cátedra de Planificación y Gestión de la Empresa Periodística - Universidad Nacional de Entre Ríos. Difusión de la ponencia.

http://empresaperiodistica.blogspot.com/2009/05/medios-y-comunicacion-los-medios-ante.html

Web de noticias de la Escuela TEA Imagen. Difusión de la ponencia publicada en Página/12.

http://www.gacemail.com.ar/Detalle.asp?NotaID=12986

“Palabras para una mujer que vive en nosotros” por Sergio Espinoza

http://www.diariojornada.com.ar/6437/Sociedad/Palabras_para_una_mujer_que_vive_en_nosotros

Los periodistas también somos trabajadores. Por Sergio Espinoza

http://apu001.blogspot.com/2009/06/los-periodistas-tambien-somos.html


lunes, 11 de abril de 2011

Una mueca de mala fe en un medio de comunicación


Por Sergio Espinoza

La entrevista es lo que más me gusta. Es una relación muy personal con la información. Es el protagonista el que cuenta y brinda su verdad. Si uno tiene la paciencia de escuchar y atender a las palabras del entrevistado puede lograr muchos más datos que el estar frente a un suceso. Esto último se lo dejo a la crónica. Un género periodístico con mucho de literario que muy pocos lo usan porque conlleva creación. Es como una obra de arte. Por eso me gusta combinar los dos estilos. La entrevista en formato pregunta-respuesta es mucho más fría y no tiene la calidez humana de la mirada. Pero claro, esta es una observación muy particular.

La entrevista por radio sí que es más vertiginosa. El corto tiempo en el aire y la inmediatez de lograr la respuesta adecuada, hace tanto para aquel que pregunta como para aquel que responde, embarullarse en conceptos, a veces pocos claros, o utilizar palabras que son usadas popularmente, pero que no se registra en ningún diccionario. Eso lo sabe el entrevistador, persona que se supone tiene conocimientos de la técnica del periodismo. Por eso ante una palabra desacertada, prosigue con el trabajo de entrevistar, y tratando de sacar lo mejor del entrevistado.

En la actualidad, cuando las empresas tienen diversos medios de comunicación es común encontrar en su matutino, declaraciones surgidas en los formatos radiales del grupo, también en lo televisivo. La entrevista registrada en audio es bajada por el periodista del grupo para la construcción de la nota gráfica. Según las reglas periodísticas, el redactor tiene que “limpiar” el texto en crudo. Evitar las muletillas del entrevistado, las pausas y expresiones ajenas a la argumentación sobre el tema abordado, también las palabras mal empleadas.

Sin embargo, existen algunos redactores que se creen en una posición “superior” que roza el cretinismo, ya que éste, tras el descanso que posibilita la des-grabación, se encuentra con mayor posibilidad de advertir los errores gramaticales que manifiesta el audio. Pero, así son los escribientes que muchos se ufanan por tener al alcance de la mano. Pequeños “lanatas” que se creen “gardeles” del periodismo y resaltan con un “sic” la palabra mal utilizada por el entrevistado.

Días pasados leí una nota, des-grabada de una entrevista en radio, en donde el redactor resalta una de estas palabras. La misma era “inmiscusión”. Esa actitud sólo puede otorgarse a la mala fe del periodista o tal vez, una intención de la empresa de deslegitimar la argumentación de la persona entrevistada.

La intromisión por parte del sector político en una institución netamente social que hacía referencia el entrevistado, el inmiscuirse de la clase política en asuntos organizativos de una entidad asociativa, es grave. La denuncia que hizo el entrevistado es fundamental y toca la razón medular del motivo por la cual una institución social no puede salir de su crisis profunda.

Cuando en una nota, el matutino hace referencia y resalta una palabra que es de uso popular aunque no esté en el diccionario, sólo intenta desviar la atención del lector al tema de importancia. El periodista que des-grabó la nota demuestra el nivel de conocimiento de su oficio frente a la información a publicar y que la nota así presentada deja entrever la toma de partido por parte del medio de comunicación sobre el tema en cuestión.

Y por último, demuestra el desconocimiento del medio gráfico de una palabra, incluso, utilizada por el escritor Julio Cortazar en su libro “Último Round” cuando tituló a uno de sus cuentos “Inmiscusión terrupta”, tal vez, con el afán de darle entidad a la palabras que se presentan en los usos y costumbres populares, lejos, muy lejos, de aquellos acartonados perejiles que con diccionario debajo del brazo creen remedar en el texto los errores que ellos mismos cometen a diario.


martes, 5 de abril de 2011

El monocultivo en la Argentina produjo una cantidad de predios sin agricultores

Por Sergio Espinoza


En un documento elaborado por la Fundación Patagonia Tercer Milenio denominado “Reflexiones y propuestas para decisiones de políticas de estado”, el ingeniero agrónomo Guillermo Gallo Mendoza sostuvo que en observaciones de campo efectuadas en algunas provincias, posibilitaron inferir las existencia de una significativa cantidad de predios sin agricultores.

En el segmento destinado a temas agrarios, el artículo “Argentina, Sector Agropecuario” elaborado por Gallo Mendoza, aborda la problemática de los monocultivos en referencia a la disminución de la cantidad de personas que residen en las regiones donde se desarrollan dicha explotaciones.

Acompañado con datos estadísticos investigados por el ingeniero y especialista en temas agrarios, el informe señala que en un futuro próximo, si se sigue con el modelo productivo vigente, el país obtendrá como resultado una importante merma en la producción de diversos cultivos cuyo destino principal es el consumo interno y el éxodo de las poblaciones que dependían de ella.

Además, advierte que se encuentra próximo a confirmar las predicciones y expectativas sobre la eliminación de por lo menos 200 mil productores considerados “no viables” por la magnitud de la superficie de sus predios y sus implicancias en relación a la tecnología, los rendimientos unitarios, entre otros.

Consecuencias y propuestas

Las implicancias del modelo de producción en monocultivo provocan un costo en tecnología de punta inaccesible para el mediano y pequeño productor y la disminución de mano de obra para la realización de dicha producción.

La consecuencia directa es la venta de los predios deshabitados por parte de sus titulares, la emigración a los centros poblados rurales o poblaciones urbanas altamente concentradas o en su defecto, el arrendamiento de los campos a pooles de siembras desconociendo el costo de externidades negativas generadas por la degradación de las infraestructuras y los suelos de sus tierras.

Finalmente, Gallo Mendoza expone en su artículo de investigación “La pobreza en la dimensión rural. Una propuesta de política agraria”, las soluciones a corto, mediano y largo plazo a este problema actual. En líneas generales se pueden citar como medidas a tener en cuenta: la generación de nuevas alternativas para absorber la población económicamente activa desocupada, movilizando para ello el potencial de los recursos naturales; la utilización de las ventajas comparativas a nivel mundial no puede ser sustitutiva de la producción nacional que garantice empleo y la satisfacción de las necesidades esenciales; el desarrollo de la ciencia y la tecnología adecuadas a los cambios postulados; el objetivo centrado en la calidad de vida exige la participación protagónica de la población en la resolución de sus propios problemas; el proceso de democratización creciente del Estado y la organización de la población en función de tecnologías para la producción, maximizando la producción y minimizando la degradación y el desaprovechamiento, deben coincidir para hacer posible la sustentabilidad a nivel ecológico, económico y social.

Todas estas medidas se sintetizan en un proyecto abarcador denominado “La marcha al Campo”. Una propuesta concreta para contribuir a superar la desocupación estructural producida por el fenómeno del monocultivo en las regiones rurales de la Argentina.



lunes, 4 de abril de 2011

Qué comunicamos a la hora de comunicar

Por Sergio Espinoza


No sólo es necesario informar desde la buena fe, hace falta algo más, y es la responsabilidad en el manejo de la información. Es pensar en el otro. En aquel que recibe la noticia. Que no es sólo un sujeto, el receptor del mensaje emitido. Es un ser humano. Es una persona dentro de una sociedad. Es un ciudadano cuyo modo de observar los acontecimientos sociales definirá su modo de pensar, sentir y actuar frente a ellos.

En definitiva, es decisivo el cómo recibe la información, ya que según la interpretación de dicho suceso determinará su acción dentro de su contemporaneidad, dentro de su momento histórico.

Una vez llegó a mi mesa de trabajo en un matutino chubutense un cable fotográfico de la agencia EFE. La foto era impresionante. La imagen refería a una ballena franca austral saltando sobre un velero en las costas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. La orden era publicarlo, y escribir la nota de dicho suceso.

Como periodista, uno realiza diversas actividades dentro del diario. Entre algunas de ellas están las producciones personales, aquellas notas que uno realiza sobre un tema en particular. También está aquella información que se cataloga dentro del segmento de interés general, como la de divulgación científica y que tienen un tratamiento diferenciado ya que se debe consultar a profesionales del tema, antes de difundirlas. También están las gacetillas de prensa, que en muchos casos hay que trabajarlas y darle el rigor periodístico necesario antes de publicarlas.

Otro material que se usa mucho en la redacción de un periódico son los cables de agencia. Bueno, antiguamente se les llamaban cables de noticias a la emisión de un hecho periodístico de forma escueta, contando en pocas palabras el acontecimiento y cumpliendo con la regla periodística de saber qué pasó, cómo, dónde fue, por qué y quiénes fueron los protagonistas del suceso. Esto se inició para la época de los telégrafos y aún tienen absoluta vigencia. Hoy las agencias de noticias tiene su sitio web, en el cuál, además de difundir este tipo de formato, agregan en su portal una ampliación de la información.

Bien. Cuando me ordenan desarrollar la crónica sobre el salto del cetáceo, me encuentro que la agencia EFE difunde sólo las fotos y unas pequeñas letras sobre el hecho.

Uno sabe que a veces el tiempo se acorta entre la producción periodística y la impresión del diario. Cuando el periodista ingresa a la redacción comienza una cuenta regresiva y se impone una alocada carrera contra el tiempo. Lo impresionante de esto que es mental y es una de las causales de las enfermedades propias de la profesión. Stress crónico, problemas cardiovasculares, digestivos, adicciones, obesidad, entre otros.

Ante esta presión del tiempo, a veces, lo que mal se suele hacer es recurrir a los dotes literarios y contar (en forma de cuento) lo que ve en la foto y extender la escasa información que uno tiene. Pero estamos hablando de una noticia. La verdad a punto de publicarse.

Y aquí está el meollo de la cuestión. ¿Cuál es la verdad que se va a publicar?

Al día siguiente que salió publicada la nota que realicé sobre la ballena saltarina en la costa de Sudáfrica, un lector mandó un mail al matutino diciendo que no nos comamos la historia del gran mamífero acuático. Que era una foto montada.

Cualquiera puede refutar una noticia. Ningún medio de comunicación está exento a ello. La empresa periodística puede sortear ese escollo con tranquilidad, pero el periodista no. Finalmente, todas las miradas recaen en quién hizo la nota. Por eso es importante la responsabilidad en el manejo de la información.

Recuerdo que al momento de producir la nota sobre el suceso de la ballena franca austral en las aguas de Ciudad del Cabo y como no tenía más información que el cable de la agencia EFE, antes de ponerme a escribir, comencé a rastrear la información. Hoy, se hace más fácil este trabajo por el libre acceso a Internet.

Así observe que al tema lo comenzaron a manejar empresas periodísticas de España. La Vanguardia, El País, entre otras. Todas ellas, incluso las más conocidas habían levantado la noticia, minutos después de haberse producido el suceso. Sin embargo, una de ellas me llevó directamente a la fuente. El Daily Mail de Inglaterra fue quién entrevistó a la pareja dueña del velero. Por otra parte, The Guardian, también británico, había recabado información ante las autoridades costeras sudafricanas.

El episodio se produjo un domingo, se difundió el lunes y no existió, en ninguno de estos medios una nota o breve que rectificara lo que había sucedido con la bendita ballena. Todos informaron de una manera u otra el hecho. En Argentina todavía no se había difundido masivamente. En particular, era importante tener todos los datos necesarios antes de realizar la crónica y publicarla. Y, a esto quiero llegar.

En nuestro país la información llega desde varias empresas de multimedios. Si estos pulpos mediáticos emiten un mismo discurso periodístico, por diarios, radios, televisión, páginas web de información, agencias periodísticas, el trabajo de periodista debe tener la función de sabueso de la información, antes de publicarla. Y, lamentablemente, esto no sucede a diario.

La urgencia del que hablaba en párrafos anteriores que tiene nuestro trabajo, tal vez sea una excusa, pero no es válida ante la responsabilidad que tenemos todos los que trabajamos en el periodismo a la hora de comunicar a la población.

El periodista ante la información de un suceso elige y luego emite la noticia por adhesión ideológica. Lo lamentable que se tiñe esa verdad parcial con esta cuestión de que estamos para difundir y ciertamente, con esa subjetividad es que llega al lector, televidente o radioescucha. Quienes, reciben la información como una verdad tajante y no como lo que es: la adhesión ideológica del periodista a una noticia en particular que la tamiza desde su cedazo interno antes de difundirla.

Un ejercicio interesante y fácil de practicar es saber de dónde el periodista o el medio de comunicación extraer la información. Por ejemplo. ¿de Infobae?, ¿Clarín.com?, ¿La Nación?, ¿TELAM?, ¿DyN?, ¿NA?, ¿Página 12?, etc, etc, etc. De acuerdo a la empresa periodística es como será la tendencia informativa. Esto se puede corroborar cuando en la nota se nombra la fuente. También, es fácil establecer si el periodista extrajo la noticia de diferentes fuentes, con diferentes tratamientos de la información y realizó la síntesis.

Es importante tener en cuenta esta observación ya que toda información sale de la empresa de medios tamizada por el cedazo de la mirada de aquel que defiende los intereses de la empresa periodística.

Por tal motivo, en este momento histórico, en el cual como contemporáneos estamos inmersos, es crucial saber leer, mirar y escuchar la información que emiten los periodistas.

En cuanto a los periodistas: Es necesario que nos hagamos cargo de nuestra adhesión ideológica frente a la información que elegimos y estamos emitiendo. Sería un proceder más honesto y sensato frente a nuestros lectores, radioescuchas o televidentes, es decir, nuestros conciudadanos.