



Hasta el 21 de marzo del corriente se desarrolla el “Salón del Libro” en la ciudad de París, Francia. En su 31º edición y por primera vez se invitó a participar de la muestra a una ciudad extranjera. En esta oportunidad fue elegida Buenos Aires, ya que UNESCO la nombró como capital mundial del libro 2011.
En medio de los 40 mil m2 de exposición, un puesto llamado “El café de Buenos Aires” da a conocer literatura porteña y de toda Argentina. En dicho sector se puede apreciar la literatura contemporánea con 20 autores, entre ellos: Laura Alcoba, Martin Kohan, Damian Tabarovsky, Hernan Rosino. Sin olvidar a Alicia Dujovne Ortiz o Luis Futoransy. Los clásicos desde Jorge Luis Borges a Roberto Art. Historietas, del legendario Eternauta a la inigualable Mafalda. Libros de turismo, literaturas de viaje como para descubrir Buenos Aires o la Patagonia. También, durante los cuatro días que dura el evento se brindan conferencias y charlas en las cuales participan autores argentinos.
El café de Buenos Aires
“El café de Buenos Aires” es una iniciativa del Instituto Francés que promueve la cultural francesa en el extranjero y en este caso particular, con la Ciudad de Buenos Aires.
Varias librerías participan de este evento. En total, proponen 5.500 libros, en español o en francés. “Está genial, mucha gente se para a mirar y a comprar. El espacio donde se hacen las conferencias y las charlas esta pegado al puesto de libros y eso genera curiosidad”, explica Natacha de la Simone, de la cadena de librerías Librestç y que se encarga de los libros en castellano. “Parece que funciona muy bien. Estoy agradablemente sorprendido”, agrega Julien Panneterie, que se ocupa de literatura extranjera para la las tiendas Millepages.
En el Salón de Libro de París 2011 exponen 1.200 editores y 2.500 autores. Al finalizar la muestra este lunes 21 de marzo, se esperan que hayan pasado por el lugar más de 200.000 visitantes y 1.200 periodistas del mundo entero.
Algunos escritores
Alan Pauls fue invitado para participar del Salón del Libro de París en el 1992 por su editor francés. Esta vez fue diferente, pues la invitada es la ciudad de Buenos Aires con sus escritores porteños.
El su ultimo libro, “Historia del pelo”, cuenta la historia de un adolescente que quiere un corte de pelo revolucionario cuando el tiene un corte burgués. La novela se sitúa en la “parte eufórica” de los años 70, cuando las luchas eran muy fuertes. “Me interesa el pelo como parte del cuerpo y como objeto cultural. El personaje no tiene el pelo adecuado. Busca tener el pelo revolucionario y no lo logra. Queda traumatizado”, afirmó Pauls.
Sobre la literatura argentina y los lectores franceses, el escritor señaló: “En Francia siempre hubo una atención puesta a Argentina. Con las ediciones Cruz del Sur por ejemplo, Borges fue conocido en Francia antes que en Argentina”. “Después de Frankfurt, un acontecimiento muy fuerte, la visibilidad de la literatura argentina en Francia es una de las mas importante. Pero hoy las literaturas son mas globalizadas”.
Finalmente, Pauls sentenció: “Me gusta la vida libresca francesa. En general no me gustan las ferias del libro, todo es muy anónimo”.
Tomás Eloy Martínez
Uno de los 7 hijos de Tomás Eloy Martínez, Ezequiel, también llegó al Salón del Libro 2011. “Una de las cosas que me pidió mi padre antes de morir es que creara una fundación que llevara su nombre. No sólo para mantener su capital cultural, su memoria, sino además que promoviera la literatura y la narrativa joven de América Latina. Lo que él hacia mucho en vida fue apoyar a los jóvenes autores”, comentó durante una conferencia de prensa.
Por Zulma Díaz
Periodista de la provincia del Chubut
Se huele que el aire va a cambiar este domingo. Y que se viene una difícil etapa de transición.
Quienes resulten elegidos deberán esperar hasta el 10 de diciembre de 2011 para asumir. Nueve meses de transición será mucho tiempo, una vida, un parto…
Se huele que el aire va a cambiar este domingo.
Se huele voto castigo, se huele voto distinto, se huele voto bronca…. Entre los unos y los otros.
El Partido gobernante, que de repente y como suele suceder logró más adeptos en los últimos siete años, tal como ocurría con la Unión Cívica Radical en su momento de esplendor, se ha dividido entre los de un Nuevo Espacio y los del Modelo Chubut.
Hoy, los que estaban unidos en el Gobierno alguna vez, protagonizaron una campaña sangrienta: agresiones de todo tipo color y forma, pases de facturas, trompadas, insultos… Ligaron ellos y ligaron los de otros Partidos Políticos… como si participar en un proceso eleccionario fuera exclusivamente para los que forman parte del Partido Gobernante que por ende, además de tener mucho dinero para la campaña, cuenta con una máquina de “soldaditos” (así se hacen llamar varios peronistas) llenos de prepotencia, soberbia, pedantería, engrudo y pintura en aerosol…
Se huele que el aire va a cambiar este domingo.
Se huele una oxigenación, gente nueva, algún que otro “panqueque” de siempre… Se huele que no habrá más “Hermano Daniel” ejerciendo presión en los medios para enriquecerse a sí mismo; se huele gente nueva, se huele el fin de una etapa plagada de “jóvenes brillantes” amigos del hijo brillante que jamás embarraron las suelas de sus zapatos, se huele el fin de una etapa de insultos, agresiones, ironías (“miserables, ladrones, corruptos”) por pensar distinto.
Se huele que el aire va a cambiar y que el aire no llegará desde el Sur.
Cuando se anunció que la continuidad del “modelo” provenía del Sur muchos se mostraron contrariados.
Pero, como suele pasar, hicieron la venia y nadie contradijo a nadie.
Aunque ahora, probablemente, contradigan en las urnas, en el cuarto oscuro, donde “nadie te mira”.
Se huele, se ve, a quienes se van cuando el barco empieza a hundirse… El ladero de uno de los candidatos a intendente no participó de ninguna caminata, está mayormente en Vittorio o en el shopping mientras las encuestas le dan adversas a su eterno amigo … (bueno, amigo cuando estaba en las buenas, daría la sensación)…
Se perciben ya lágrimas de alegría y las de la derrota. La derrota, que es nada más y nada menos que perder.
Se huele un cambio…