Por Daniel Miguez
El Gobierno derogó la resolución 125 y se acabó el conflicto. Lo dijo el presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens. Lo dijo, a su modo, la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Y también la mayoría de los medios de comunicación que acompañaron durante estos cuatro meses la protesta de las cámaras agropecuarias. En cambio, Eduardo Buzzi desentonó al afirmar que a los pequeños productores eso no les alcanza y fue como si se hubiera quedado hablando solo.
El viernes pasado, segundos después de que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, anunciara que todo volvía atrás, a Buzzi lo llamaron de un canal de televisión y el periodista, que en estos cuatro meses nunca lo había incomodado, casi lo retó por sus reclamos. “La verdad que no se entiende mucho su planteo”, “¿No era que pedían que se derogara la resolución 125?”, “Me parece que está corriendo el arco”, fueron algunas de las frases del entrevistador que escuchó el presidente de la Federación Agraria.
Buzzi habrá sentido que algo se terminaba. El y sus aliados de la Sociedad Rural y la CRA habían corrido el arco durante cuatro meses y casi nadie desde los medios les había dicho nada. Es más, casi nunca le habían repreguntado nada. Y cuando, por entonces, él pedía más que los beneficios que le dio el Gobierno (reintegros, subsidio a los fletes, 30 por ciento de retenciones) los medios eran solidarios, pero ahora que, gracias al voto de Julio Cobos, volvieron al status del 10 de marzo y perdieron todo eso, lo cuestionan.
Si no lo sabía, quizás en ese momento haya entendido que en la sociedad que armaron, la Federación Agraria sostenía los cortes de ruta pero la alianza mediática la aportaban la Sociedad Rural y la CRA. Si para estas entidades el conflicto terminó, las cámaras de TV se apagarán para la FAA y el enjambre de micrófonos, cables y luces se evaporará como los lujos de la Cenicienta cuando llegó la medianoche.
Buzzi había dicho, allá por marzo, respecto de la Sociedad Rural: “No nos une el amor sino el espanto”. Quizás íntimamente haya usado el mismo apotegma para justificar el elogio público que le hizo al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. O para disimular las presencias non sanctas en el acto de la avenida Libertador. O para aplaudir a Alfredo De Angeli, cuando dijo que todos los que estaban allí eran “la democracia”, “el pueblo”, “la Patria”. Puede ser que la situación lo haya incomodado, pero se quedó allí.
En cambio De Angeli dejó la sensación de que se sentía más a gusto con el discurso de la SRA que con el de la FAA. Pidió que el lomo cueste 80 pesos, dijo –como un Sarmiento de la modernidad– que la Patria la hicieron sólo los que vinieron de Europa y reclamó volver al país exportador de materias primas, cuando ese modelo siempre estuvo asociado a la pobreza de la mayoría de la población.
Igual, uno y otro, aplaudieron al Senado, pese a que la resolución del conflicto made in Cobos dejó como saldo que los grandes productores pagarán un 12 por ciento menos y los pequeños productores, un 10 por ciento más.
Cuando Buzzi tenga que seguir peleando por la Ley de Arrendamientos, cuando De Angeli ya no tenga los medios a su disposición y deje de firmar autógrafos, ¿seguirán pensando que aliarse a los poderosos les puede dejar ganancias a los pequeños?ambías
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