sábado, 12 de julio de 2008
Entre la duda y la acción. Elijo la acción y el ensueño de sentirme libre
Juego de ingenio
A veces me pregunto, Cómo, un conflicto (al parecer) tan lejano de adonde me encuentro. Tan distante (al parecer) a mis intereses particulares. Pueda comprometerme tanto. A tal punto que me lleva hasta la exageración de no dejarme dormir. Cómo, esa lucha de intereses, hace que esté atento a cualquier tipo de información que llega a mis manos. A mis oídos, a mis ojos y a mi mente.
El conflicto que lleva el gobierno nacional con los productores sojeros del campo, hizo que, a pesar de la distancia en donde me encuentre, tome partido.
Cuántas veces sucedió en las historia de nuestra Argentina. Cuántas veces fue que un gobierno quiso tocar los intereses que se encuentra cimentado en la base de la estructura social del sector conservador argentino. Cuántas veces en la historia Argentina, pudo concluir su cometido y salir victorioso de dicha acción. Cuántas veces fueron.
Estos sencillos interrogantes son los que me dan vuelta por la cabeza todo el tiempo. Por qué. Cuantas conspiraciones se sucedieron a lo largo de la historia de nuestro país, para que el hecho de tocar los intereses de un grupo minoritario de poder, no se lleve acabo. Releyendo la historia y con un poco de análisis, la respuesta se torna siempre sencilla.
No es una mirada tendenciosa. Sino que, es como si fuera uno de esos tipos de juegos de ingenio con alambres. Cuando descubres liberar una parte, instantáneamente y con suaves movimientos, se van liberando una tras una, las partes que estaban anudadas entre sí.
Así sucedió a medida que fui comprendiendo el conflicto.Y me surgió otra pregunta.
Si la sociedad contemporánea plantea que el Estado somos todos los ciudadanos en su conjunto y el Gobierno es el conjunto de personas que nos representa por un tiempo determinado.
Entonces, cómo un gobierno puede distribuir realmente las riquezas cuando el Estado es conservador. Cuando la historia me demuestra una y otra vez que el Estado es conservador en dogma y práctica.
Porque podemos jugar a la independencia de poderes. A la libertad de expresión. A la defensa de los derechos más elementales. Hasta tanto y en cuanto no toquemos la fibra interna por la cual nuestra sociedad en su conjunto esta hecha.
Porque es allí, que se despierta el verdadero ser que llevamos dentro. Es ahí, donde empezamos a buscar los argumentos que calmen nuestras conciencias. Y a señalar a aquel que intente incomodarnos. Y que ciertamente son los menos.
Entonces, nuevamente surge la incómoda pregunta. Hasta dónde es capaz este gobierno en avanzar si es parte integrante de ese Estado en el cual todos formamos parte. O sólo es un juego de ingenio para aquietar conciencias. Una suerte de compensación para poder seguir durmiendo tranquilos. Un simple ensueño.
Hasta dónde somos capaces.
PD: Vaya mi ferviente saludo, a todos los compañeros que se congreguen el martes en la Plaza de los Dos Congresos.
Sergio Espinoza
CNE - Chubut
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