Por Sergio Espinoza
El mutismo y la cara de sorpresa se multiplicaban en los gestos de los periodistas chubutenses pasada la medianoche del domingo 20 de marzo. A tal punto que la duda quedó instalada en los análisis de las redacciones.
Sólo una palabra sintetizaba todo lo ocurrido en las elecciones de la provincia del Chubut: Lamentable.
Eran las 21.30 horas del domingo y no existía cómputos oficiales. Todo se manejaba por boca de urna y de lo que se decía en uno y otro búnker partidista. Algo raro e inusual, teniendo en cuenta el nivel de informatización que logró la provincia en estos últimos tiempos.
A esa altura el candidato a gobernador por el Frente para la Victoria, Carlos Eliceche, llevaba dos puntos arriba al candidato dasnevista Martín Buzzi y la diferencia se mantenía en esa leve ventaja.
Desde esa perspectiva fue que los medios provinciales comenzaron a dar a a la ciudadanía los primeros porcentajes, ya que no existía información alguna por parte del Tribunal Electoral chubutense.
Por la TV privada local y nacional se veía la distensión en los rostros de los candidatos kirchneristas que se contrastaba con la opaca animosidad que tenía el búnker del Modelo Chubut, ya que los candidatos no se animaban a mostrarse de lleno.
Con todo este escenario y pasadas las nueve de la noche, para los seguidores del oficialismo provincial sólo les restaba esperar un milagro. Una señal que modifique el estado de los acontecimientos. Y la profecía llegó.
Cerca de las diez de la noche el actual gobernador de la Provincia del Chubut, Mario Das Neves, salió de su despacho de Fontana 50 decidido a brindar su posición frente a la incertidumbre reinante.
Con los ojos brillosos ganado por las emociones, un rostro tenso y la voz forzada, el gobernador definió con palabra escueta la situación del momento: "Estamos cabeza a cabeza. Esto es un final abierto".
Y así como un Moisés que abre las aguas del mar Rojo, después de las 22 horas apareció la información de los cómputos oficiales a todos los medios. Otorgando iguales porcentajes, 38 puntos en la primera entrega, pero con una pequeña diferencia a favor del candidato kirchnerista contra el rival del dasnevismo.
Después, sucedió lo que en toda la Argentina se sabe.
Lo cierto es que nunca se pudo seguir el escrutinio por vía "on line" de la misma manera que se ha hecho en años anteriores. A pesar que días atrás, el secretario del Tribunal Electoral Provincial, Juan Gerber, había anticipado que alrededor de las 20 horas de este domingo último pasado se conocerían los resultados definitivos. Además aventuró, que serían más rápidos para emitir la información que sus pares de Catamarca.
Nada de eso pasó y lo único que logró el Tribunal Electoral Provincial fue establecer un manto de sospecha e irregularidad, que roza lo escandaloso y que tiene una sola definición posible: Lamentable.
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