Todos debemos saber que el problema de la ceniza dejó en claro la falta de políticas hacia el sector productor de menor escala en la zona de la Meseta Central del Chubut. Este fenómeno natural permitió ver mas allá de la realidad que nos muestran todos los días.
La sequía desbastó en los últimos años al sector productivo, razón por la cual se vieron mermas en las majadas, pero tampoco hubo un programa sustentable de desarrollo y promoción por parte de la provincia que contrarreste estos pormenores.
Los pequeños productores vienen subsistiendo a un factor climático que se resiste, pero sobre todo sobreviven al modelo capitalista, que beneficia a los que producen en una escala macro y se enmarcan dentro de entes como las Sociedades Rurales para conseguir réditos del estado destinados en muchos casos al pago del personal empleado.
La marginación que sufren se hace notar a la hora de hacer gestiones para mejorar su predio productivo, ningún productor puede hacer gestiones de aportes si no es a través de un "técnico" (ejemplo claro son los ANR, Aportes No Reintegrables) que cobra los servicios como cualquier profesional, obviamente que le corresponde.
Hay casos que los hacen gratis, pero la gente no sabe dónde ir a gestionar, ni cuándo están los formularios requeridos para dicha solicitud. Si hablamos tanto de la inclusión en la Provincia en los últimos años ¿las políticas sociales para la gente de la meseta central dónde están?
Hay ejemplos claros de pobladores que se fueron adaptando a los avances, pero que sólo subsisten en la tierra que los parió y le dio frutos durante toda la vida, a diferencia de los grandes hacendados que tienen la tierra como parte de su empresa y si no producen venden la estancia o la cierran, sabiendo que esto último trae aparejado la recreación de predadores que son el otro factor que afecta a los productores.
¿Conocemos realmente la necesidad de los productores? La respuesta es no. No imaginamos la dimensión de este proceso que lamentablemente se visualiza hoy, pero que está desde hace mucho tiempo; la mentalidad de los representantes sigue siendo la de acaparar poder y anclarse en cada puesto, manteniendo a raya a los habitantes de cada jurisdicción mediante el asistencialismo.
Los gobernantes elegidos no nos representan. En el caso de la ceniza salieron a despotricar contra el primero que se cruza po que el problema se les va acrecentando a pasos agigantados. Los jefes comunales hablan de discriminación por parte del Estado Nacional. Pero, ¿la gente de la región no es discriminada?
La asistencia es discriminación también, ya que no permite desarrollo, si no estancamiento genuino, sin posibilidades de salir del sometimiento al que se está obligado. Si no se transforma la realidad jamás se podrá progresar. Recibiendo pasto y alimento para las ovejas no se puede. Esto es paliativo, no lo dudo, pero después qué.
¿Cuál es el beneficio que obtiene un productor que recibe 20 o 30 bolsas de pellets de alfalfa u ocho fardos de pasto como los que entregan en Paso de Indios en la oficina del Ministerio de Producción? ¿Es no empeñar la lana con el intermediario acopiador de frutos o el barraquero y comerciante del pueblo? ¿Se los da a las ovejas realmente o a los caballos que son el medio de transporte único de la gente que vive en zonas alejadas y poco accesibles en invierno?
Creo que antes de asistir, nuestros gobernantes deberían trabajar en el desarrollo, la promoción y el recupero de la producción. Saber diferenciar en quién trabaja el campo por arraigo u acervo cultural del cual genera y autoabastece en el medio y de quién lo tiene como una empresa. La solución la deben plantear los paisanos, pero no les sirve la asistencia, por que eso es pan para hoy y hambre para mañana, como lo ha sido siempre.
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