Lydia Cacho es una periodista mexicana que investiga el delito de la trata de personas en su país. Con su trabajo pudo poner en evidencia muchas de estas redes y le costó ser una trabajadora de prensa marcada por la mafia y amenazada de muerte.
En su última nota de opinión se refirió a la muerte de Facundo Cabral y las conexiones de ese atentado con los carteles mafiosos centroamericanos.
En uno de los párrafos de su nota periodística, Cacho afirmó: “Los asesinos iban tras el empresario Henry Fariñas, eso lo dice todo el mundo. Lo que no dicen los medios guatemaltecos es que este hombre, nacido en Nicaragua, ha sido durante años el lavador de dinero del cártel de Sinaloa. Su trabajo es efectivo, pero no imposible de investigar. Su nombre apareció hace años cuando investigábamos a las redes de tratantes de mujeres de América Latina. Fariñas es copropietario de una cadena de bares y prostíbulos denominados Elite, con instalaciones en Panamá, Costa Rica, Colombia, Nicaragua, México y Guatemala. Estos bares de bailarinas eróticas, son parte de una gran red de trata de mujeres que, desde Nicaragua, Paraguay, El Salvador, Colombia y el Caribe, son traficadas para explotarlas no solamente en ambientes de prostitución forzada, sino también, como parte de las redes de tráfico de drogas y blanqueo de dinero.”
Este Fariñas no es un bebé de pecho. Es un mafioso.
Según las declaraciones de uno de los asesinos de Cabral, que se encuetra detenido en Guatemala y custodiado ya que se amparó en la figura de “arrepentido”, el delicuente señaló que no tenían intenciones de matar al trovador. No sabían que viajaba en la camioneta del empresario de la noche.
Los sicarios ya conocían todos los movimientos de Fariñas. Lo estuvieron observando durante días. El plan de matarlo estaba bien preparado y organizado. Todo estaba previsto para que el resultado sea un éxito.
Los homicidas sabían que siempre se retiraba en una franja horaria determinada. También observaron que siempre lo hacía en el mismo vehículo. Otro dato a tener en cuenta y que era importante para el éxito de la acción fue que este narco empresario viajaba en el asiento del acompañante del chofer. Una información necesaria para saber dónde dirigir el grueso de las municiones a la hora de realizar la emboscada criminal.
Ante este escenario delictivo y sabiendo que todos los actores, salvo el pobre Facundo, estaban involucrados de una manera u otra con el hampa de los carteles, era muy probable que el empresario Fariñas tenía conocimiento de que existía un plan para matarlo.
El perfil malandra
Puedo manifestar, que me causa mucha indignación lo que sucedió en Guatemala con el manejo de la información. Tanto que lo seguí de cerca. Escuché varias versiones sobre este atentado. Como rompecabezas empecé a juntar diversas declaraciones y realicé estas conclusiones que me llevan a más preguntas que respuestas, pero que me pareció necesario comentar mi punto de vista.
Un empresario, que al decir de la periodista Cacho, logra construir su imperio por medio de la droga, la trata de personas y el blanqueo de dinero es difícil esperar que sea un hombre con cierta sensibilidad y que en realidad es más factible que teniendo conocimiento de la emboscada criminal haya usado a Facundo Cabral como escudo.
¿Fariñas habrá pensado que si veían al cantautor dentro de la camioneta los sicarios no iban a disparar hasta matar?, ¿tan canalla y ventajero pudo haber sido que para cubrirse de los balazos esperó al poeta argentino y se ofreció a llevarlo hasta el aeropuerto? ¿Por qué entonces Fariñas, un hombre que su costumbre era viajar en el asiento del acompañante del chofer, esta vez, y sólo por esta vez, con gentileza le ofrece a Cabral sentarse en esa butaca? ¿Qué pensó Fariñas cuando se sentó cómodamente en el asiento de atrás? Ojalá, que este señor se recupere de los balazos que recibió así de esta manera poder saber su parte de esta historia. Y que se haga Justicia.