Por Sergio Espinoza
En definitiva, es decisivo el cómo recibe la información, ya que según la interpretación de dicho suceso determinará su acción dentro de su contemporaneidad, dentro de su momento histórico.
Una vez llegó a mi mesa de trabajo en un matutino chubutense un cable fotográfico de la agencia EFE. La foto era impresionante. La imagen refería a una ballena franca austral saltando sobre un velero en las costas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. La orden era publicarlo, y escribir la nota de dicho suceso.
Como periodista, uno realiza diversas actividades dentro del diario. Entre algunas de ellas están las producciones personales, aquellas notas que uno realiza sobre un tema en particular. También está aquella información que se cataloga dentro del segmento de interés general, como la de divulgación científica y que tienen un tratamiento diferenciado ya que se debe consultar a profesionales del tema, antes de difundirlas. También están las gacetillas de prensa, que en muchos casos hay que trabajarlas y darle el rigor periodístico necesario antes de publicarlas.
Otro material que se usa mucho en la redacción de un periódico son los cables de agencia. Bueno, antiguamente se les llamaban cables de noticias a la emisión de un hecho periodístico de forma escueta, contando en pocas palabras el acontecimiento y cumpliendo con la regla periodística de saber qué pasó, cómo, dónde fue, por qué y quiénes fueron los protagonistas del suceso. Esto se inició para la época de los telégrafos y aún tienen absoluta vigencia. Hoy las agencias de noticias tiene su sitio web, en el cuál, además de difundir este tipo de formato, agregan en su portal una ampliación de la información.
Bien. Cuando me ordenan desarrollar la crónica sobre el salto del cetáceo, me encuentro que la agencia EFE difunde sólo las fotos y unas pequeñas letras sobre el hecho.
Uno sabe que a veces el tiempo se acorta entre la producción periodística y la impresión del diario. Cuando el periodista ingresa a la redacción comienza una cuenta regresiva y se impone una alocada carrera contra el tiempo. Lo impresionante de esto que es mental y es una de las causales de las enfermedades propias de la profesión. Stress crónico, problemas cardiovasculares, digestivos, adicciones, obesidad, entre otros.
Ante esta presión del tiempo, a veces, lo que mal se suele hacer es recurrir a los dotes literarios y contar (en forma de cuento) lo que ve en la foto y extender la escasa información que uno tiene. Pero estamos hablando de una noticia. La verdad a punto de publicarse.
Y aquí está el meollo de la cuestión. ¿Cuál es la verdad que se va a publicar?
Al día siguiente que salió publicada la nota que realicé sobre la ballena saltarina en la costa de Sudáfrica, un lector mandó un mail al matutino diciendo que no nos comamos la historia del gran mamífero acuático. Que era una foto montada.
Cualquiera puede refutar una noticia. Ningún medio de comunicación está exento a ello. La empresa periodística puede sortear ese escollo con tranquilidad, pero el periodista no. Finalmente, todas las miradas recaen en quién hizo la nota. Por eso es importante la responsabilidad en el manejo de la información.
Recuerdo que al momento de producir la nota sobre el suceso de la ballena franca austral en las aguas de Ciudad del Cabo y como no tenía más información que el cable de la agencia EFE, antes de ponerme a escribir, comencé a rastrear la información. Hoy, se hace más fácil este trabajo por el libre acceso a Internet.
Así observe que al tema lo comenzaron a manejar empresas periodísticas de España.
El episodio se produjo un domingo, se difundió el lunes y no existió, en ninguno de estos medios una nota o breve que rectificara lo que había sucedido con la bendita ballena. Todos informaron de una manera u otra el hecho. En Argentina todavía no se había difundido masivamente. En particular, era importante tener todos los datos necesarios antes de realizar la crónica y publicarla. Y, a esto quiero llegar.
En nuestro país la información llega desde varias empresas de multimedios. Si estos pulpos mediáticos emiten un mismo discurso periodístico, por diarios, radios, televisión, páginas web de información, agencias periodísticas, el trabajo de periodista debe tener la función de sabueso de la información, antes de publicarla. Y, lamentablemente, esto no sucede a diario.
La urgencia del que hablaba en párrafos anteriores que tiene nuestro trabajo, tal vez sea una excusa, pero no es válida ante la responsabilidad que tenemos todos los que trabajamos en el periodismo a la hora de comunicar a la población.
El periodista ante la información de un suceso elige y luego emite la noticia por adhesión ideológica. Lo lamentable que se tiñe esa verdad parcial con esta cuestión de que estamos para difundir y ciertamente, con esa subjetividad es que llega al lector, televidente o radioescucha. Quienes, reciben la información como una verdad tajante y no como lo que es: la adhesión ideológica del periodista a una noticia en particular que la tamiza desde su cedazo interno antes de difundirla.
Un ejercicio interesante y fácil de practicar es saber de dónde el periodista o el medio de comunicación extraer la información. Por ejemplo. ¿de Infobae?, ¿Clarín.com?, ¿
Es importante tener en cuenta esta observación ya que toda información sale de la empresa de medios tamizada por el cedazo de la mirada de aquel que defiende los intereses de la empresa periodística.
Por tal motivo, en este momento histórico, en el cual como contemporáneos estamos inmersos, es crucial saber leer, mirar y escuchar la información que emiten los periodistas.
En cuanto a los periodistas: Es necesario que nos hagamos cargo de nuestra adhesión ideológica frente a la información que elegimos y estamos emitiendo. Sería un proceder más honesto y sensato frente a nuestros lectores, radioescuchas o televidentes, es decir, nuestros conciudadanos.
1 comentario:
LADRON!!!, DEJA DE ROBAR
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